Nuestros políticos piensan que somos
tontos, nos tratan y maltratan como tales. Es verdad que hasta ahora, a la
ciudadanía solo se la movilizaba con el futbol, los toros, las procesiones…
Pero de un tiempo a esta parte, cada
vez se ve a más personas en las calles: increíble
la visión de la señora de 58 años, llevada por varios policías. Pero más increíble
aún es que los policías, funcionarios que vuelven a verse mermados en sus
sueldos apoyen a los crean los recortes, y criminalicen a una pobre señora.
Volviendo a los inicios,
evidentemente los mercados no son tontos, y tras un día de tregua vuelven los
vaivenes a la prima de riesgo, a la
bolsa…
Los mercados saben perfectamente que
el problema de España no lo han creado los pensionistas, los funcionarios, los
parados… sino los banqueros y los políticos.
Estos saben que sobran unos 300000
políticos en España, los cuales no salieron elegidos en las urnas, pero como
iban en las listas había que “buscarles un hueco”. Muchos de estos cobran sin
realizar ninguna función real, y otros ocupan puestos que deberían ocupar un
empleado público que obtuvieron en su día unas oposiciones. Haciendo una pequeña operación matemática,
300000 por 50000 € (aunque la mayoría de los enchufados ganan mucho más que
esto), llegamos a la conclusión que estos cargos de más nos cuesta un mínimo de
15 mil millones de euros.
Los mercados no son tontos, y tienen
miedo. ¿Cómo van a invertir de forma segura? si nuestros políticos crean aeropuertos
sin aviones, circuitos urbanos de F1… y aquí no pasa nada.
O mejor dicho, si pasa, estas
personas quedan tan libres de culpas que hasta sus hijas se jactan de su poder
y prepotencia y nos dicen: os trajinamos, os robamos, nos forramos (bueno, en realidad
les toca numerosas veces la lotería, en contra de las matemáticas = Ciencia Exacta) y encima “te
jodes”.
No, los mercados buscan una
respuesta clara, como ocurrió en Islandia: los culpables tienen que pagar sus
males, tienen que asegurarse que no se realizan proyectos multimillonarios sin
sentido, y tienen que ver que somos capaces de actuar ante los desmanes de
algunos (políticos, banqueros…).